Preparación:
- Activar la chía: En un bol pequeño, mezcla las semillas de chía con el agua tibia. Dejá reposar unos 10-15 minutos hasta que se forme un gel.
- Procesar la avena: Si querés una textura más uniforme, podés procesar la avena unos segundos hasta que parezca una harina gruesa. También podés dejarla entera para un pan más rústico.
- Mezclar los ingredientes: En un bol grande, combiná la avena, el gel de chía, el huevo (si lo usás), el polvo de hornear, la sal y el aceite. Mezclá bien hasta obtener una masa espesa.
- Hornear: Colocá la mezcla en un molde pequeño para pan (forrado con papel manteca o aceitado). Alisá la superficie y espolvoreá con semillas a gusto. Llevá al horno precalentado a 180 °C durante 35-45 minutos, o hasta que esté firme y dorado.
- Enfriar y servir: Dejá enfriar antes de desmoldar y cortar. Este pan es ideal para tostadas, sándwiches o simplemente con un poco de palta, queso o mermelada natural.
Consejos extra:
- Para una versión vegana, podés omitir el huevo y agregar una cucharada extra de chía o lino molido.
- Si preferís una textura más húmeda, podés sumar un chorrito de leche vegetal.
- Este pan se conserva bien en la heladera por 4-5 días, o puede congelarse en rebanadas.
Un pan que cuida tu cuerpo y alimenta con amor
El pan de avena y chía es mucho más que una moda: es una alternativa sabrosa, nutritiva y práctica para quienes quieren comer mejor sin renunciar al placer. Y lo mejor de todo, ¡lo podés hacer en casa con ingredientes simples y sin harinas procesadas!
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