Preparación:
En un bol grande, bate la mantequilla junto con el queso crema hasta que la mezcla quede suave y cremosa.
Añade el azúcar, la vainilla y la pizca de sal. Mezcla bien hasta integrar.
Incorpora la harina poco a poco, mezclando hasta formar una masa homogénea.
Cubre la masa con film transparente y refrigera durante 30 minutos.
Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y prepara una bandeja con papel vegetal.
Forma pequeñas bolitas con la masa y colócalas separadas en la bandeja.
Aplánalas ligeramente con un tenedor o con la palma de la mano.
Hornea durante 12-15 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
Deja enfriar sobre una rejilla y espolvorea con azúcar glas si lo deseas.
Consejos de presentación y almacenamiento:
Sirve las galletas con una taza de té, café o leche para una merienda perfecta.
Almacénalas en un recipiente hermético para conservar su frescura hasta por 5 días.
También puedes guardarlas en el congelador ya horneadas por hasta 1 mes.
Variantes:
Añade chispas de chocolate o trozos de frutos secos para darles un toque extra.
Usa ralladura de limón o naranja en lugar de vainilla para una versión cítrica.
Si te gustan las texturas diferentes, espolvorea con coco rallado antes de hornear.
Preguntas frecuentes (FAQ):
¿Puedo usar margarina en lugar de mantequilla?
Sí, aunque la mantequilla aporta mejor sabor. Si usas margarina, asegúrate de que sea sin sal.
¿Puedo hacer la masa con antelación?
Claro, puedes dejarla refrigerada hasta 24 horas antes de hornear.
¿Son aptas para personas alérgicas al huevo?
¡Sí! Esta receta no lleva huevo, lo que la hace ideal para quienes lo evitan.