Preparación:
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Activa la levadura: En un bol pequeño, mezcla la levadura con un poco de leche tibia y una cucharadita de azúcar. Deja reposar 10 minutos hasta que espume.
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Mezcla los ingredientes húmedos: En otro bol, bate los huevos con el azúcar, añade la mantequilla derretida, la vainilla y la ralladura de cítrico si la usas.
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Forma la masa: Agrega la mezcla de levadura y el resto de la leche. Luego, incorpora la harina y la sal poco a poco hasta obtener una masa suave y ligeramente pegajosa.
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Amasa durante 10-15 minutos hasta que esté elástica. Si usas amasadora, bastarán unos 8 minutos.
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Deja reposar: Cubre con un paño y deja reposar la masa en un lugar cálido durante 1 hora o hasta que duplique su tamaño.
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Forma los panes: Divide la masa en porciones, forma bolitas y colócalas en una bandeja con papel manteca.
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Pintura dorada: Mezcla la yema con la leche y pinta los panes para darles ese brillo dorado típico.
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Hornea en horno precalentado a 180 °C durante 20-25 minutos o hasta que estén doraditos.
Consejo de la abuela:
Añadir unas pasas o trocitos de fruta confitada dentro de la masa los convierte en un manjar aún más especial.