Método de preparación:
Lava las manzanas, pélalas y quita el corazón. Corta las manzanas en finas rodajas.
En un tazón grande, mezcla las rodajas de manzana con el jugo de limón, la canela, la esencia de vainilla y el endulzante al gusto. Revuelve bien para que las manzanas se impregnen con los sabores.
Precalienta el horno a 180°C (350°F).
En una fuente para horno, coloca una capa de manzanas en rodajas. Luego, agrega una capa de nueces o almendras trituradas (si decides usarlas). Repite las capas hasta que hayas utilizado todas las manzanas, asegurándote de terminar con una capa de manzana en la parte superior.
Añade el agua a la fuente para horno, cubre con papel aluminio y hornea durante unos 30-40 minutos, hasta que las manzanas estén tiernas y jugosas.
Una vez horneado, deja enfriar un poco antes de servir.
Consejos para servir y almacenar:
Este postre es ideal para servirlo tibio, tal vez con una bola de helado de vainilla o yogur griego por encima. Si te sobra, puedes guardarlo en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días. Para recalentarlo, basta con ponerlo en el microondas por unos segundos.
Variantes:
Puedes añadir un poco de avena al final de cada capa para hacer una especie de crumble saludable.
Para un toque más tropical, puedes agregar rodajas de piña o mango en las capas de manzana.
Si prefieres un toque más dulce, puedes añadir una pizca de azúcar de coco o sirope de agave por encima antes de hornear.