Preparación:
1. En un bol grande, mezcla la harina con la sal.
2. Agrega el agua tibia poco a poco mientras mezclas hasta formar una masa.
3. Amasa durante 10 minutos, hasta que la masa esté suave y elástica.
4. Cubre la masa con un paño limpio y déjala reposar en un lugar cálido durante 1 hora o hasta que duplique su tamaño.
5. Una vez que la masa haya levado, forma un pan y colócalo en una bandeja de horno con papel de hornear.
6. Hornea en un horno precalentado a 200°C durante 25-30 minutos o hasta que el pan esté dorado por fuera.
7. Saca el pan del horno, déjalo enfriar un poco, y estará listo para disfrutar.
Consejos para servir y almacenar:
Este pan es perfecto recién horneado con mantequilla o acompañado de mermeladas caseras.
Consérvalo en una bolsa de tela o envuelto en un paño limpio para mantener su frescura hasta por 3 días.
También puedes congelarlo una vez frío y recalentar antes de servir.
Variantes:
Añade hierbas frescas o secas, como romero o tomillo, para un toque aromático.
Incorpora semillas (girasol, chía, sésamo) para un pan más nutritivo.
Sustituye una parte de la harina blanca por harina integral para un sabor más profundo y un contenido de fibra más alto.
FAQ:
¿Puedo usar otro tipo de harina?
Sí, puedes experimentar con harinas integrales, de espelta o sin gluten, pero puede que necesites ajustar la cantidad de agua.
¿Por qué mi pan no subió correctamente?
Asegúrate de que la masa repose en un lugar cálido y de que la amases lo suficiente para activar el gluten.
¿Es necesario usar una máquina para amasar?
No, esta receta se puede hacer completamente a mano. Sin embargo, si tienes una máquina, puedes usarla para ahorrar tiempo.