Modo de Preparación de las Croquetas de Jamón y Queso
1. Preparar la bechamel
Derrite la mantequilla en una sartén a fuego medio.
Agrega la harina y cocina removiendo constantemente durante 2–3 minutos, hasta que la mezcla tenga un color dorado claro.
Esto evita el sabor crudo de la harina.
2. Agregar la leche
Vierte la leche poco a poco, batiendo constantemente con una cuchara de madera o batidor de globo.
Hazlo en tandas para lograr una mezcla sin grumos.
Cocina hasta que espese y tenga textura cremosa pero firme.
3. Incorporar el jamón y el queso
Añade el jamón picado y el queso rallado.
Mezcla bien hasta que el queso se derrita y todo esté perfectamente integrado.
Agrega sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
Cocina unos minutos más hasta que todo esté bien combinado.
4. Enfriar la masa
Pasa la masa a un recipiente plano y cubre con film transparente, asegurándote de que toque la superficie para evitar que se forme costra.
Refrigera al menos 2 horas, idealmente toda la noche.
5. Formar las croquetas
Con las manos ligeramente húmedas, toma porciones de masa y dales forma alargada u ovalada, como más te gusten.
También puedes usar dos cucharas para darles forma.
6. Empanizar
Pasa cada croqueta por huevo batido y luego por pan rallado.
Para un acabado más crujiente, puedes repetir este paso y darles un doble empanizado.
7. Freír
Calienta abundante aceite en una sartén y fríe las croquetas en tandas hasta que estén bien doradas.
Retíralas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Tips para unas Croquetas Perfectas
Textura ideal: La clave está en la bechamel. Debe quedar espesa, pero no dura. Si al formar las croquetas se te deshacen, prueba añadiendo un poco más de harina o enfriando la masa más tiempo.
Sabor extra: Si quieres darles un giro, añade cebolla caramelizada, perejil picado o una pizca de mostaza Dijon a la mezcla.
Cocción alternativa: Si prefieres evitar freír, puedes cocinarlas en freidora de aire o al horno (a 200 °C durante 20–25 minutos), pincelándolas con un poco de aceite para que queden doraditas.
Estas croquetas de jamón y queso son un clásico infalible que gusta a grandes y chicos.
Crujientes por fuera, cremosas por dentro, con ese sabor casero que reconforta.
¿Lo mejor? Puedes hacer muchas y congelarlas, así siempre tendrás un bocado delicioso listo para cualquier ocasión.