Ven a sentarte en el porche conmigo y charlamos de uno de esos dulces tesoros que evocan una entrañable nostalgia: el toffee que se derrite en la boca. Esta receta se ha transmitido con cariño en nuestra familia, una delicia del Medio Oeste que combina ingredientes sencillos para crear algo trascendental. Nos trae recuerdos de reuniones familiares donde la cocina se llenaba de calidez, risas y el rico aroma del azúcar caramelizado, dando un dulce toque final a las cenas ajetreadas. Este toffee no solo es un testimonio de la tradición, sino una delicia para todos los que lo prueban, evocando el encanto de la vida rural y los placeres sencillos. Perfecto para las fiestas o para una tarde romántica, este dulce, rico y denso brebaje se convertirá en un clásico del repertorio de postres de tu familia.
Este toffee es delicioso solo, pero combina a la perfección con una taza de café humeante o un té negro fuerte. Para un poco de contraste, puedes disfrutarlo con una porción de fruta fresca, como rodajas de manzana crujientes o peras jugosas, que ayudan a contrastar su intensidad. Si te apetece un capricho, una cucharada de crema batida recién hecha o incluso una bola de helado de vainilla pueden realzar este capricho. También es un complemento perfecto para una bandeja de postres en reuniones, junto con galletas y dulces caseros.
Toffee de Georgia que se derrite en la boca
Porciones: 16 piezas
Ingredientes
1 taza de mantequilla sin sal
1 taza de azúcar granulada
1 taza de azúcar morena clara compacta
1/4 cucharadita de sal
1/4 taza de agua
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
1 taza de chispas de chocolate semidulce
1/2 taza de nueces o pecanas picadas, opcional